Sorprender parece una tarea nada fácil en los tiempos que corren. Cada día se ve más publicidad en la calle, en las pantallas y en la red que suspende. ¿Será porque se han agotado las ideas? o ¿tal vez porque tanto directivos de marketing como publicistas nos hemos olvidado de la estrategia?... o ni una cosa ni la otra, y al final resulta que la publicidad mediocre realmente llega a la población media española y en ellos si funciona.
Por una razón u otra, estoy cansado de ver los miles de euros invertidos por muchas marcas que estoy convencido que no tienen ningún efecto sobre el público objetivo al que se dirigían esas campañas, y todo esto, justo cuando más lo necesitan las marcas. Me encantaría ver los postest o las mediciones de campañas para ver los resultados reales. Creo que la desesperación y la visión cortoplacista del momento está afectando, y mucho, a la calidad y resultados de la publicidad de hoy.
La publicidad, hoy más que nunca, debe ser uno de los vehículos más activos para reactivar las ventas ante la crisis del consumo y la perdida de confianza de muchas marcas ante el consumidor.
Actualmente parece que lo único que importa es sorprender, y yá, porque cuantas veces hemos oido en una conversación a alguien que comenta un anuncio que le ha sorprendido y no sabe exactamente quien era el anunciante. Insisto, falta mucha estrategia.
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