La solución me parece brillante, una clara apuesta de futuro y, lo que es más importante, una perfecta interpretación de los cambios en los hábitos y costumbres de los consumidores de hoy. Y es que como dice un viejo dicho: "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma". Y eso es lo que ha hecho Tesco. La falta de tiempo para comprar, unido a los tiempos de espera en los desplazamientos en metro fue el punto de partida para resolver el difícil reto de Tesco.
Pero, para mi no solo ha sido brillante la forma de captar nuevos clientes y vender más, también el exquisito servicio a domicilio que ofrecen culmina la genial idea. ¿Tal vez esto nos de pistas de por donde puede estar la tienda del futuro?, a mi ya se me están ocurriendo un montón de retailers donde este sistema sería todo un éxito.
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