sábado, 11 de febrero de 2012

¿El poder o el descrédito de la prensa?.









Así es el periodismo de hoy en España. Un periodismo mediatizado y politizado que refleja claramente los colores partidistas en cada uno de sus titulares. Titulares que, en muchos casos, son escandalosamente evidentes los colores de sus tintas, como ha pasado en el caso de la tan esperada reforma laboral. ¿Es que a caso la reforma que se han leído todos los periodistas no es la misma?, entonces sí lo es, ¿por qué tantas diferencias?, ¿por qué es tan mala para unos y tan buena para los otros?. 


Lo queramos o no, el poder de los medios de comunicación en España condiciona cada día a la opinión pública, es más, en mi humilde opinión no es que nos condicione, es que crea las corrientes de opinión. Y yo me pregunto, ¿cual es el verdadero papel del periodismo?¿no es el de informar?. Entonces, si es el de informar, ¿quién es el que informa bien y el que no? ¿o somos los ciudadanos los que debemos de juzgar?. Tal vez sí pero, ¿como muestra un ciudadano su disconformidad sobre la información que nos dan los periódicos?, la única que se me ocurre es dejando de comprar aquel/aquellos medios que consideres que no son objetivos e imparciales en su función de informadores. Informar no es lo mismo que influenciar y en mi opinión, ese es el papel que tiene la prensa en España la de influenciar más que el de informar a los ciudadanos.

¿Podría darse el caso de que el estrepitoso descenso de ventas de periódicos en los últimos años en España, además de la crisis, sea por la falta de información imparcial que muchos consumidores demandamos?.

En el nuevo contexto económico en el que vivimos, en el que el consumidor es el que está tomando el poder, somos cada vez más los que buscamos calidad informativa fuera de la prensa. Tal vez los grandes grupos editores de este país, deban comenzar a aplicar una buena dosis de marketing y se preocupen por escuchar un poco más a algunos ciudadanos, a preocuparse por sus gustos y preferencias, a tener redactores que conecten con los lectores y a dejar de lado las fanáticas líneas editoriales que mantiene, gobiernen los de un color o gobiernen los del otro. 

El auge del nuevo periodismo social, tal vez sea la respuesta a este post y The HuffingtonPost sea un claro ejemplo, en EEUU claro. 

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